Y hay que ver como hemos cambiado.
La verdad es que soy feliz y no me extraño.
A veces como los peces y a ratos como Pilatos me desato.
Saco esa indisolbible parte que me hace sensible.
Y me parto al escucharnos ser felices e innatos.
Porque asi nos escucho y siento.
Desde el Rio al suburbio coloniero.
Como toda una epoca que quema dentro.
Aveces creo que nada fue cierto.
Las Tardes de los viernes y futuras mujeres.
Despues llegaron las nuevas incorporaciones.
El sonido incomprendido del tiempo perdido.
Y los textos inmensos que nunca fueron vistos.
Los registros en plasticos marchitos.
Noches eternamente jovenes sin vecinos.
Playas inundadas de Gritos al unisono.
Nuevas lecciones y muchas mas sensaciones.
El exilio inesperado.
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